RHM901

Cristo Viene

Preparate

 

Cristo Viene

CATOLISISMO

Catolisimo Romano "Pactando Con el Diablo"


 


INTRODUCCION 
LO QUE NO ES SAGRADO

Antes de comenzar a desarrollar a lo largo de los proximos capitulos la apasionante historia de uno de los mayores y mas desconocidos centros de poder del mundo, existen algunas cuestiones que seria necesario aclarar para, en la medida de lo posible, evitar malentendidos. Ante todo quisiera explicar el titulo de este libro. Me he permitido la licencia de utilizar el termino «biografia», ya que, aunque este se deberia aplicar exclusivamente a las personas, la «biografia no autorizada» se ha convertido en un genero literario que en las ultimas decadas ha ido adquiriendo entidad propia.

Cuando el lector encuentra en la cubierta de un libro las palabras biografia no autorizada sabe que puede estar seguro de que la obra en cuestion habra causado el disgusto del biografiado por recoger en sus paginas todos los hechos polemicos, escandalosos o poco decorosos que el protagonista hubiese preferido que nunca jamas apareciesen en unas memorias. Asi pues, partiendo de esta premisa, esta «biografia» del Vaticano es, sin duda, «no autorizada».

Sin embargo, y a pesar de la cualidad de «no autorizado» de nuestro relato, hay una consideracion que estimo necesario hacer. Éste no es un libro anticatolico, y mucho menos antirreligioso. En sus paginas no leera temas que afecten a la doctrina de la fe cristiana en general ni de la catolica en particular, mas alla de algunas explicaciones que se han considerado necesarias para arrojar luz sobre determinadas cuestiones que de otra manera no hubieran quedado suficientemente aclaradas.

Se suele decir que en el Vaticano todo lo que no es sagrado es secreto. Pues bien, vamos a dejar a un lado lo sagrado y nos centraremos en lo secreto, en concreto en los aspectos menos conocidos de la politica, la diplomacia y, sobre todo, la economia del Vaticano, un Estado soberano que, como todas las naciones que en el mundo han sido, ha debido en multiples ocasiones perder de vista la estricta observancia de la moralidad para asegurar su propia supervivencia y prosperidad. En este sentido, me atreveria a decir que se podria haber escrito un libro similar casi sobre cualquier otra nacion del mundo.
Nadie deberia sentirse ofendido ni atacado en lo tocante a sus creencias, pues el objetivo de este trabajo son cuestiones completamente alejadas de lo espiritual. No es que tenga excesiva fe en que estas palabras sirvan para aplacar a los detractores que de seguro tendra la presente obra, y que se empeñaran en sentirse agraviados por lo que tan solo es una recopilacion de hechos fruto del estudio de una extensa bibliografia. A ellos no me queda otra cosa que recordarles las Sagradas Escrituras: «¡Y ahora resulta que por decirles la verdad me he vuelto su enemigo!».1



1. Calatas 4:16.

Éste es un libro que cuenta lo que sucede tras los muros de la capital del catolicismo: las luchas por el poder, las intrigas politicas internas y externas, las maniobras economicas de altos vuelos... Es precisamente en este terreno donde haremos especial hincapie, pues llama poderosamente la atencion que, a excepcion del descubrimiento en 2002 de la magnitud que habian alcanzado los casos de abuso de menores en el seno de la Iglesia, la practica totalidad de los escandalos que han salpicado a la Santa Sede a lo largo del siglo xx estan marcados, en mayor o menor medida, por lo economico. Uno llega incluso a preguntarse como es posible que una sola institucion haya estado envuelta en tantas actividades economicas fraudulentas. Algunas posibles respuestas a esta cuestion se encuentran en las siguientes paginas. La causa fundamental de ello es la tradicional falta de transparencia de la Santa Sede y de sus instituciones economicas. Gran cantidad de ejemplos historicos nos indican que cuanto mayor es el grado de secreto de una organizacion tanto mas facil es que la corrupcion anide en su seno sin que sea advertida ni siquiera por muchos de sus integrantes.
Aparte de esto, el dinero y la religion hacen muy malas migas. La opulencia vaticana ha servido para atraer a personajes no precisamente santos, que, unas veces sorprendiendo la buena fe de los administradores de la Santa Sede, y otras con la complicidad de estos, han llevado a la institucion a situaciones sumamente embarazosas. Otras veces las amistades peligrosas se aproximaban no tanto al calor del dinero como de la afinidad ideologica. Durante casi todo el siglo xx, el gran enemigo de la Iglesia catolica fue el comunismo, y era logico que aquellos que compartian esa enemistad miraran hacia Roma en busca de una alianza. Lo malo es que entre estos «enemigos de mis enemigos» habia compañeros de viaje tan poco recomendables para proyectar una imagen de santidad como la nomina al completo de los dictadores fascistas de Europa y America del Sur, los servicios de inteligencia de diversas naciones o la Democracia Cristiana italiana, antaño fuertemente vinculada con la mafia.

Si a todo lo anterior le sumamos los eternos rumores que han ido naciendo al abrigo de la opacidad vaticana, como los referentes a la infiltracion masonica en la Santa Sede, los de juego sucio en algunos conclaves o el misterio que aun envuelve la prematura muerte de Juan Pablo I o el atentado contra Juan Pablo II, ya tenemos ingredientes mas que suficientes para una «biografia no autorizada».

Por ultimo, el lector se dara cuenta de que en esta obra nos centramos mas en el como que en el porque de la historia que narramos. Ello se debe a que, sin sacrificar en modo alguno el rigor, si hemos querido priorizar la amenidad del relato. Por esta misma razon todos los asuntos economicos que se tratan en el libro han sido simplificados en aras de la comprension, ya que algunas de las tramas financieras a las que nos referiremos presentan una complejidad al alcance de un grupo muy reducido de iniciados. No obstante, el lector que quiera profundizar con mas detalle en alguno de los temas que aqui se tratan encontrara una amplia bibliografia que espero le sea de tanta ayuda como a mi.

Cordoba, 24 de junio de 2005
PACTANDO CON EL DIABLO. MUSSOLINI Y PÍO XI

El, Estado Vaticano, tal como lo conocemos hoy, nace con la firma del Tratado de Letran el 11 de febrero de 1929, pero para llegar hasta ahi el trono de San Pedro tuvo que atravesar un prolongado periodo de decadencia a lo largo de 59 años que a punto estuvo de comprometer su existencia. La salida de aquella situacion vendria de la mano de Pio XI, que no dudo a la hora de pactar con el mismo diablo, encamado en la figura de Benito Mussolini, para salvar a la Santa Sede de la ruina.

A comienzos de 1929, poco imaginaba el mundo la tremenda crisis economica a la que tendria que hacer frente apenas unos meses mas tarde. Sin embargo, la miseria ya llevaba tiempo instalada entre los, solo aparentemente, opulentos muros del Vaticano. Hacia tiempo que los numeros rojos habian impuesto su dictadura en las arcas vaticanas. La quiebra en 1923 del Banco de Roma, donde se gestionaban todas las cuentas de la Santa Sede, supuso un serio quebranto para las finanzas pontificias, a pesar de que la institucion fue salvada en ultima instancia por Mussolini que aporto 1.750 millones de liras. Esta aportacion fue un primer acercamiento entre la Santa Sede y los fascistas, lo que dejo practicamente indefenso al Partido Catolico, unica fuerza democratica con suficiente implantacion como para plantarle cara a los seguidores del Duce (titulo equivalente al de caudillo en español). De hecho, a raiz de esta intervencion, las jerarquias prohibieron que los clerigos militasen en este partido, lo que segun diversos analistas allano de forma notable el ascenso al poder de Mussolini.

Pero el balon de oxigeno que supuso el reflote del Banco de Roma no habia sido suficiente. El palacio de Letran necesitaba urgentes reformas y el personal de la Santa Sede habia sido reducido a su minima expresion para minimizar los gastos lo maximo posible. Nunca la Iglesia habia estado tan cerca del ideal de pobreza de los primeros cristianos. Las causas de este estado eran multiples, y entre ellas cabe destacar no solo la mala suerte financiera, sino el catastrofico efecto que para las cuentas papales habia tenido el proceso de reunificacion de Italia, que tuvo lugar en el siglo xix. Este hecho historico privo, ademas, al Vaticano de muchos de sus recursos economicos, en especial grandes extensiones de terreno —los Estados Pontificios que ocupaban buena parte de la Italia central— que habian proporcionado a la Santa Sede unas saneadas rentas.

Incluso el pontifice habia tenido que soportar la humillacion de ser «invitado a abandonar» el palacio del Quirinal, en el centro historico de Roma, que fue ocupado por la familia real y el presidente. A partir de entonces se sucedieron varios intentos infructuosos de alcanzar un acuerdo. En 1871 el gobierno italiano garantizo al papa Pio IX, por medio de la llamada Ley de Garantias, que tanto el como sus sucesores podrian disponer del Vaticano y del palacio de Letran. Tambien se les indemnizaria con 3.250.000 liras anuales como compensacion por la perdida de los Estados Pontificios. Los representantes de la Iglesia se negaron en redondo a aceptar estas condiciones. Para ellos la cuestion de la soberania era fundamental, ya que, segun su parecer, era imprescindible para el cumplimiento de su mision espiritual que la sede de la Iglesia se mantuviera independiente de cualquier poder politico.

Asi pues, a partir de ese momento los papas pasaron a considerarse a si mismos como «prisioneros» dentro del Vaticano.
SEÑORES DEL CIELO Y LA TIERRA
Para entender hasta que punto debieron de sentirse agraviados ante esta situacion, y como se llego a este punto, baste hacer un somero repaso de la historia de la Santa Sede y de algunos de los papas mas importantes.

Desde la promulgacion del Edicto de Milan por Constantino en 312 hasta la reforma protestante de 1517, los papas habian sido el poder hegemonico en Europa. El papa, como vicario de Cristo en la Tierra, tiene un poder ilimitado. Reyes y emperadores debian arrodillarse ante el. El IV Concilio de Letran, en 1215, establecio que el obispo de Roma tenia autoridad no solo en temas espirituales o pastorales, sino tambien en asuntos materiales y politicos.1 El poder del papa radicaba en su calidad de estadista y de vigilante del equilibrio entre los distintos estados. El papa, como los jefes de Estado, disponia de ejercitos y de territorios para enfrentar eventuales amenazas que se pudieran presentar.

1. «El señor concedio a Pedro», establecio el papa Inocencio III, «no solo el gobierno de la Iglesia, sino del mundo. Ahora podeis ver quien es el servidor que es puesto sobre la familia del Señor; verdaderamente es el vicario de Jesucristo, el sucesor de Pedro, el Cristo del Señor; puesto entre Dios y el hombre, de este lado de Dios, pero mas alla del hombre; menos que Dios, pero mas que el hombre; quien juzga a todos, pero no es juzgado por nadie». Antes, en el siglo IX, el papa Esteban V habia ido aun mas lejos en su entusiasmo retorico: «Los papas, como Jesus, son concebidos por sus madres al ser cubiertas por el Espiritu Santo. Todos los papas son una especie de hombres-dioses, con el proposito de ser mas capaces de servir las funciones de mediadores entre Dios y la humanidad. Todos los poderes del cielo y de la tierra les son concedidos». Durant, Will, The Age ofFaith, Simon & Schuster, Nueva York, 1950.


Tras la caida del Imperio romano, el papa habia ocupado el papel que antaño desempeño el cesar. Un ejemplo de su poder es el papel que tuvieron en la mediacion entre España y Portugal, monarquias que acataron la Bula Intercaetera, que dividio el continente americano en 1493. Los obispos solo tenian que rendir cuentas ante el papa, que era quien los nombraba y destituia.2
2. Williams, Paul L., Everything You Always Wanted to Know About the Catholic Church but Were Afraid to Ask for Fear of Excommunication, Doubleday, Nueva York, 1990.


 El poder de los papas era tal que fueron capaces de destronar a reyes y emperadores, o bien obligarles a usar su poder secular para hacer cumplir la Inquisicion, que era conducida por sacerdotes y monjes catolicos. La culminacion de esta escalada de poder absoluto ocurrio en 1870, cuando el papa fue declarado infalible. Lo que la mayoria de la gente no sabia, y aun hoy desconoce, es que este proceso fue influido por documentos falsificados elaborados para alterar la percepcion que los cristianos tenian de la historia del papado y de la Iglesia. Una de las falsificaciones mas famosas son los Falsos decretos de Isidoro, escritos alrededor de 845. Se trata de 115 documentos supuestamente escritos por los primeros papas.
LA CASA DE LAS FALSIFICACIONES
Sobre la falsedad de estos textos no existen dudas y la propia Enciclopedia Catolica admite que son falsificaciones, aunque en cierto sentido los disculpa. Dice que el objetivo del engaño era permitir a la Iglesia ser independiente del poder secular, e impedir al laicado gobernar la Iglesia, lo que dicho claramente no es otra cosa que aumentar el poder del papa. Mas grave, si cabe, que la alteracion de documentos era la manipulacion de documentos existentes a los que se añadia material segun la conveniencia del papa de turno. Esto era muy sencillo, en especial en la epoca en que para la preservacion de los documentos se dependia exclusivamente del trabajo de copistas y bibliotecarios, que, en su totalidad, eran clerigos.

Una de estas manipulaciones es una carta que ha sido atribuida falsamente a san Ambrosio, en la que se hizo afirmar al santo que si una persona no esta de acuerdo con la Santa Sede puede ser considerada hereje. Otra falsificacion famosa, esta del siglo ix, fue la «Donacion de Constantino», segun la cual el emperador Constantino concedio el gobierno de las provincias occidentales del Imperio romano al obispo de Roma. Este tipo de cosas ocurria con tanta frecuencia que los cristianos ortodoxos griegos se referian a Roma como «la casa de las falsificaciones». No es de extrañar: durante trescientos años los papas romanos utilizaron este tipo de añagazas para reclamar autoridad sobre la Iglesia en Oriente. El rechazo de estos documentos por parte del patriarca de Constantinopla culmino con la separacion de la Iglesia ortodoxa.

Hoy dia aun permanecen vigentes muchos de aquellos errores. El Decretum gratiani, una de las bases del derecho canonico, contiene numerosas citas de documentos de dudosa autenticidad. Pero no es el unico texto de capital importancia en la historia de la Iglesia cuyas fuentes son harto discutibles. En el siglo xin, Tomas de Aquino escribio la Summa theologica y otras obras que se cuentan entre las mas trascendentes de la teologia cristiana. El problema es que Aquino utilizo el Decretum y otros documentos contaminados pensando que eran genuinos.

En cierto sentido, el tema de los documentos falsificados tiene mucho que ver con el del trafico de reliquias falsas tolerado, cuando no fomentado, por la Santa Sede durante siglos. Verdaderas o falsas, las reliquias hacian mas firmes las creencias de los fieles. Su posesion se convirtio en la Edad Media en una verdadera fiebre, algo a lo que ayudaron diversos factores tanto religiosos como politicos y economicos. Las reliquias mas apreciadas eran las que se relacionaban con la vida de Cristo, llegando a contarse mas de cuarenta sudarios, treinta y cinco clavos de la pasion e innumerables astillas de la Cruz. Tambien se comerciaba con toda suerte de objetos que tuvieran relacion, real o no, con cualquier personaje de la corte celestial. El saqueo de Constantinopla por los cruzados en 1204 produjo una enorme inflacion de supuestos restos sagrados por todo Occidente, alimentada no tanto por el expolio de la ciudad cuanto por la creciente oferta de talleres orientales especializados en la fabricacion de semejantes souvenires.
EL PRINCIPIO DEL FIN
No obstante, aun siendo grande, el poder de los papas no era eter no. La reforma protestante supuso el comienzo de un lento pero inexorable proceso de decadencia en el poder temporal de los pon tifices. Impuestos y donaciones dejaron de fluir de las prosperas tierras del norte de Europa. Este proceso historico fue dejando ex haustos los cofres papales. En 1700, durante el pontificado de Clemente XI, la Iglesia debia quince millones de escudos. En menos de medio siglo esa deuda ya se habia multiplicado casi por diez.

La Revolucion francesa privo a la Iglesia de sus posesiones en Francia y, peor aun, fue la antesala del saqueo de Roma por parte de las tropas de Napoleon, que pretendia cobrar a los Estados Pontificios un tributo que estos no podian pagar. En 1797 Napoleon Bonaparte tomo Roma y se apodero de numerosos tesoros artisticos. Tras el Congreso de Viena de 1815, Roma paso de nuevo a manos del papado. Pese a todo, la ocupacion de Italia por Napoleon estimulo una reaccion nacionalista, y, en 1861, Italia se unifico bajo la casa de Saboya. Pero Roma no se incorporo al reino de Italia y hasta 1870 no pudo ser ocupada.

Por otro lado, el providencial recelo de la Iglesia hacia los adelantos cientificos hizo que los Estados Pontificios no se beneficiaran de la Revolucion industrial, convirtiendose en una de las zonas mas atrasadas de Europa con un potencial economico que disminuia poco a poco.

En este proceso final tuvo mucho que ver la escasa cintura po litica, cuando no el abierto empecinamiento de Pio IX, el ultimo «papa rey». Este peculiar pontifice era epileptico y de caracter bastante impulsivo. El 16 de junio de 1846, Giovanni Maria Mastai Ferretti era ungido en el sitial de San Pedro con el nombre de Pio IX para suceder a Gregorio XVI. El conclave demoro cuatro rondas antes de coincidir en su nombre, hostigado por la corriente conservadora que acusaba a Ferretti de progresista (mas tarde se comprobaria lo equivocados que estaban). Una de sus primeras medidas —poner en libertad a dos mil presos politicos que se morian en las mazmorras de los Estados Pontificios— parecio confirmar esa sospecha; una fraccion de purpurados considero que ese acto desautorizaba la politica intransigente de Gregorio XVI y fa vorecia las maniobras de los masones, su particular bestia negra, a la que culpaba de todos los males del mundo.

En 1864 Pio IX publico el notorio Syllabus de errores, en el que se condenaban los ideales liberales como la libertad de conciencia y la separacion de Iglesia y Estado. Por otra parte, Pio Nono fue el papa que convoco el I Concilio Vaticano, con el expreso proposito de definir como dogma de fe la doctrina de la infalibilidad papal, un punto que desato no pocas controversias entre los asistentes al concilio.

Como buenos conocedores de la historia de los papas, varios obispos catolicos se opusieron a declarar la doctrina de la infalibilidad papal como dogma en el concilio de 1869-1870. En sus discursos, un gran numero de ellos menciono la aparente contradiccion entre semejante doctrina y la reconocida inmoralidad de algunos papas. Uno de estos discursos fue pronunciado por el obispo Jose Strossmayer. En su argumento contra el edicto de la «infalibilidad» como dogma, menciono como algunos papas se habian manifestado contrarios a la doctrina de papas anteriores, haciendo referencia especial al papa Esteban, que llevo a juicio al papa Formoso.



La historia en cuestion es esperpentica, ya que el papa Formoso habia muerto ocho meses antes. Sin embargo, su cadaver fue exhumado y llevado a juicio por el papa Esteban. El cadaver, putrefacto, se situo en un trono. Alli, ante un grupo de obispos y cardenales, lo ataviaron con las vestimentas del papado, se puso una corona sobre su calavera y el cetro en los cadavericos dedos de su mano. Mientras se celebraba el juicio, el hedor del muerto llenaba la sala.



El papa Esteban, adelantandose hacia el cadaver, lo interrogo. Claro esta, no obtuvo respuesta, y el papa difunto fue sentenciado culpable de todas las acusaciones. Entonces le fueron quitadas las vestimentas papales, le arrebataron la corona y le mutilaron los tres dedos que habia usado para dar la bendicion papal. Despues arrastraron el cadaver putrefacto, atado a una carroza, por las calles de la ciudad, tras lo cual fue arrojado al Tiber. Sin embargo, no acaba ahi la historia, ya que despues de la muerte del papa Esteban, el siguiente papa romano rehabilito la memoria de Formoso.
REVUELTAS POPULARES
El citado es solo el mas llamativo de muchos otros casos. Despues de su muerte, el papa Honorio I fue acusado de hereje por el VI Concilio, en el año 680. El papa Leon confirmo su conde nacion. Posteriormente, el papa Virgilio, tras sancionar libros, retiro su condena; luego los volvio a sancionar y una vez mas re tiro la condena, para mas tarde volver a revocar esta decision. En el siglo xi hubo tres papas rivales al mismo tiempo. Todos ellos fueron depuestos por el concilio convocado por el emperador Enrique III. Y asi podriamos citar decenas de ejemplos similares.

A pesar de estos argumentos, Pio IX consiguio que la infalibilidad del papa fuera declarada dogma de fe. Su espiritu conservador y su casi paranoica obsesion con los masones le hizo no comprender la magnitud imparable del movimiento nacional italiano, al que se opuso sistematicamente, asi como a conceder el sufragio a los subditos de los Estados Pontificios. La tension maxima estallo cuando el papa se nego a apoyar a los nacionalistas que luchaban por liberar Italia del dominio austriaco. Los italianos sintieron este abandono como una afrenta, dando lugar a un levantamiento que comenzo el 15 de noviembre de 1849, cuando la turba asesino al conde Pellegrino Rossi, el primer ministro de los Estados Pontificios. Al dia siguiente, el Quirinal, la residencia de verano del pontifice, fue saqueada, y murio en la refriega Palma, uno de los prelados de la corte.

Dado que la situacion era insostenible. Pio IX no tuvo mas remedio que huir disfrazado de Roma el 24 de noviembre3 y establecerse temporalmente en Gaeta, cerca de la costa mediterranea. El 9 de febrero de 1849 se proclamo la Republica Romana por parte de Giuseppe Mazzini, Cario Armellini y Aurelio Saffi. No obstante, la nueva republica no iba a tener una vida demasiado prolongada. Desde su exilio, el papa pidio ayuda a los catolicos de Europa, logrando una intervencion de las tropas francesas que ,. g e¡ pontifice regresara a la ciudad el 12 de abril de 1850. Pero el destino de los Estados Pontificios ya estaba sellado. Ni la fuerza, ni la persuasion, ni tan siquiera la amenaza de excomunion impidio que en los años siguientes los territorios papales fueran proclamando, uno a uno, su independencia. Con la llegada de la unidad de Italia, el ultimo «papa rey» se vio desposeido de las regiones de la Romana (1859), Umbria, las Marcas (1860) y, en 1870, la misma Roma, con la conocida toma de Porta Pia, el 20 de septiembre, que marco el fin del poder temporal de los papas. Las posesiones del papa pasaron a ser unos simples 480.000 metros cuadrados en el centro de Roma.

3. McBrien, Richard P., Lives ofthe Popes, Harper, San Francisco, 1997.

Pio Nono murio el 7 de febrero de 1878. Por aquel entonces, el pueblo italiano aun guardaba rencor a aquel pontifice que no habia sabido entender sus ansias de independencia. Prueba de ello es que su cortejo funebre fue atacado por la multitud, que pretendia arrojar los restos del pontifice al Tiber, como ocurrio siglos antes con el papa Formoso. Solo la oportuna intervencion de las tropas impidio que se consumara la profanacion del cadaver.4



4. Bokenkotter, Thomas, A Concise History of the Catholic Church, Image Books, Garden City, 1979
DE MAL EN PEOR
Los sucesores de Pio IX no contribuyeron demasiado a mejorar la dificil situacion que dejo el pontifice tras su muerte. El habil diplomatico Leon XIII evito que la fractura entre la Iglesia y los regimenes democraticos se hiciera aun mayor, aconsejando a los catolicos franceses la adhesion al regimen republicano y señalando que cualquier forma de gobierno era digna de aprobacion si respetaba los derechos del hombre. Durante su pontificado comenzo a hacerse sentir la falta de los ingresos procedentes de los Estados Pontificios.

El 9 de agosto de 1903 fue coronado Pio X. Continuador del pensamiento de Pio IX, emitio un decreto en forma de motu proprio titulado Sacrorum antistitum., en el que solicitaba de todos los clerigos un voto en contra del «modernismo, sintesis de todas las herejias».5 En este texto podemos ver como vuelve a florecer la obsesion de Pio IX:

«Nos parece que a ningun obispo se le oculta que esa clase de hombres, los modernistas, cuya personalidad fue descrita en la enciclica Pascendi dominici gregis, no han dejado de maquinar para perturbar la paz de la Iglesia. Tampoco han cesado de atraer adeptos, formando un grupo clandestino;

sirviendose de ello inyectan en las venas de la sociedad cristiana el virus de su doctrina, a base de editar libros y publicar articulos anonimos o con nombres supuestos. Al releer nuestra carta citada y considerarla atentamente, se ve con claridad que esta deliberada astucia es obra de esos hombres que en ella describiamos, enemigos tanto mas temibles cuanto que estan mas cercanos;

abusan de su ministerio para ofrecer su alimento envenenado y sorprender a los incautos, dando una falsa doctrina en la que se encierra el compendio de todos los errores».

Pio X fue el primer papa en no ser embalsamado mediante la evisceracion y drenaje de la sangre, ya que se encargo de abolir esta practica antes de su muerte. Este decreto tuvo consecuencias bastante desastrosas para los restos mortales de algunos de sus sucesores. En el caso de Pablo VI, que murio en 1978, los amor tajadores solo prepararon el cadaver para un ataud cerrado. Apenas dos dias despues de ser exhibido, la piel del papa comenzo a decolorarse, su mandibula se hundio y sus uñas se oscurecieron. El cadaver de Pio XII fue tan mal conservado en 1958 que los cuatro hombres que hacian guardia en el Vaticano tenian que cambiar cada quince minutos porque no podian soportar el olor. Mas extraño fue el caso de Juan Pablo I, cuyo rostro se volvio in explicablemente verde, lo que aumento los rumores respecto a un posible envenenamiento.

5. Acta apostolicele seais, 9 de septiembre de 1910, num. 17.
UN PAPA DÉBIL
El sucesor de Pio IX fue Benedicto XV. Sus detractores decian que su figura era fiel reflejo de la propia decadencia de la Iglesia. En efecto, su apariencia era fragil y poco agraciada a causa de un accidente sufrido en la infancia. Durante su reinado quedo mas claro que nunca que la influencia del Vaticano apenas era la sombra de lo que habia sido en el pasado. Sus esfuerzos mediadores durante la Primera Guerra Mundial fueron rechazados por ambos bandos en conflicto.6



6. Pollard, John E, The Vnknown Pope: Benedict XV (1914-1922) ana the Pursuit of Reare, Casell Academia, Washington, 1999.



Intento un acercamiento a las fuerzas anticlericales, llegando a calificar la Revolucion rusa de «triunfo contra la tira nia». De poco le sirvieron estas palabras: el comunismo pronto se revelo como una doctrina irreconciliablemente anticristiana y como una de las mayores amenazas para la Iglesia de la epoca.

En Italia se vio igualmente incapaz de controlar la pugna entre los extremismos de izquierda y derecha, que culmino con el triunfo del fascismo. La Iglesia se habia vuelto tan debil que no pudo impedir que los extremistas tomasen al asalto los templos y se subieran a los pulpitos a declamar sus arengas ante los atonitos feligreses. Ante esta situacion, en 1919, el mismo año en que se crea el movimiento fascista, se funda el Partido Popular Italiano, cuyo primer secretario es un sacerdote de Caltagirone, don Luigi Sturzo, que intento mantener las tesis cristianas en medio de aquella enrarecida arena politica.

En 1920, cuando empezaron las reuniones de la Sociedad de Naciones, Benedicto XV publico una nueva enciclica, Pacem Dei munus, en la que reclamaba sus derechos como soberano de un Estado. Sin embargo, los lideres internacionales hicieron oidos sordos a la enciclica, a consecuencia de lo cual la Santa Sede no pudo participar en los trabajos de la Sociedad de Naciones, sobre todo debido a la oposicion del delegado italiano en la misma, Nitti.

En el aspecto financiero las cosas no iban mucho mejor. Durante el pontificado de Benedicto XV el presupuesto del Vaticano se redujo hasta ser apenas una cuarta parte del de la epoca de Leon XIII. El 22 de enero de 1922, Benedicto XV fallecia en el Vaticano victima de una epidemia de gripe. Sus ultimas palabras fueron: «Ofrecemos nuestra vida para la paz del mundo».

El siguiente papa en acceder al trono de San Pedro fue Pio XI, Ambrogio Damiano Achule Ratti, que lo hizo entre 1922 y 1939. Nacio el 31 de mayo de 1857 en Desio, Italia, en el seno de una familia acomodada dedicada a la industria textil. Curso estudios en las universidades Lombarda y Gregoriana de Roma, y fue ordenado sacerdote el 27 de diciembre de 1879. Entre 1882 y 1888 fue catedratico de teologia en el seminario de Milan. Mantuvo siempre viva su actividad pastoral, dandose en ocasiones tiempo para practicar el montañismo.



Al igual que el recientemente fallecido Juan Pablo II, era un experto en esta practica. (Se cuenta que en su juventud emprendio la subida del Monte Rosa y aguanto durante toda la noche una feroz tormenta alpina colgado de una cornisa.) Achille se dedico al estudio de la paleografia. Hasta 1910 fue bibliotecario y posteriormente director de la Biblioteca Ambrosiana de Milan, y prefecto de la Biblioteca Vaticana en Roma.


En estos cargos tuvo ocasion de familiarizarse con la historia politica y los acontecimientos de su epoca, lo que le aporto el bagaje teorico necesario para realizar una visita apostolica a Polonia, devastada por la guerra en 1918, por orden del papa Be nedicto XV. Este viaje le sirvio para demostrar que estaba excep cionalmente dotado para las tareas diplomaticas. Su habilidad y celo le valieron el nombramiento de nuncio de Su Santidad en este pais en 1919. Dos años despues recibio la dignidad de cardenal y arzobispo de Milan, y en 1922 sucederia al papa Benedicto XV.
RATAS EN SAN PEDRO
Quiza la circunstancia que mejor simbolice la terrible situacion financiera a la que se habia visto abocada la Santa Sede tras estas ultimas decadas tan turbulentas fue la plaga de ratas que, como una condenacion biblica, se adueño del Vaticano. Sin embargo, no se trataba de ninguna maldicion, sino de una concatenacion de causas y efectos logicos. La falta de dinero habia hecho que la red de alcantarillado del Vaticano se encontrara en un estado de abandono superior al resto de las instalaciones. Inundaciones, atascos y derrumbes estaban a la orden del dia sin que nadie hiciera nada para remediarlo. En estas condiciones, los roedores se multiplicaron sin freno y fue solo cuestion de tiempo que comenzaran a salir a la superficie.

Aquellos animales, asociados tradicionalmente por el folclore con la figura de Satanas, tenian un comportamiento sacrilego que no desmerecia en absoluto su fama. No respetaban ni las sepulturas de los pontifices de la antigüedad ni la residencia del actual. Su ansia destructiva se aplicaba con igual saña a los tapices (ya muy castigados por la polilla) y al mobiliario. La situacion alcanzo un punto tan alarmante que ya no se guardaban hostias consagradas en los sagrarios por miedo a que los roedores cometieran la mas terrible de las profanaciones para un catolico: mancillar el cuerpo de Cristo.

En medio de aquella situacion, a muchos les parecia ironico que el apellido del papa fuera precisamente Ratti.7

La eleccion de Pio XI fue complicada y no se decidio hasta despues de quince votaciones. No obstante, fue un conclave relativamente corto si se compara con los anteriores. Como en tantas otras ocasiones, el conclave se encontraba dividido entre los mas conservadores, partidarios del cardenal español Rafael Merry del Val, y los progresistas, cuyas simpatias se decantaban por el cardenal Gasparri.

El nuevo pontifice pronto demostro que su pontificado no iba a ser intrascendente. Pio XI, nada mas ser elegido, hizo algo que no habian hecho ni Pio X ni Benedicto XV a causa de la perdida de los Estados Pontificios: aparecio en el gran ventanal de la fachada de San Pedro para impartir la bendicion urbi et orbe. El hombre que se asomo a aquella ventana conservaba en estampa mucho de la imponente y atletica figura de su juventud. Su rostro, de frente despejada y ojos penetrantes, inspiraba respeto a quienes se encontraban con el. Se involucraba en todos los aspectos del gobierno de la Iglesia, realizando toda clase de preguntas a sus colaboradores.8 (Alguno de ellos llego a afirmar que preparar una reunion con el Santo Padre era peor que un examen.)9



7. Ratto significa en italiano 'rata'. Su plural es ratti. (N. del A.)

8. Cornweil, John, El Papa de Hitler: la verdadera historia de Pio XI, Planeta, Barcelona, 2000.

9. McBrien, Richard P., op. cit.
LA PAZ DE CRISTO EN EL REINO DE CRISTO
Pio XI se volco en la expansion de la Iglesia por todo el planeta, de hecho, «Papa de las Misiones» era el titulo que mas agradaba a Pio XI. Su doctrina era que los territorios extraeuropeos fueran confiados al clero local; buena prueba de ello fue el nombramiento de los primeros obispos chinos y japoneses en 1926 y 1927. Tambien hizo construir en el Gianicolo (Roma) la grandiosa sede del Colegio y la Universidad Urbana de Propaganda Fide, para que los jovenes de los paises de misiones destinados al sacerdocio tuviesen una adecuada preparacion para sus futuras tareas. En 1927, con la institucion del Museo Misionero-Etnologico del Vaticano, se abrio la posibilidad de conocer a fondo la actividad misionera y las grandes religiones y culturas del mundo.

Al contrario que la mayoria de sus antecesores. Pio XI fue un gran protector de las ciencias, algo que no es de extrañar dado su trabajo durante años como archivista e investigador. De hecho, la reforma de la Biblioteca Vaticana fue una de sus prioridades, tras lo cual fundo el Instituto Cristiano de Arqueologia, la Academia de Ciencias y el Observatorio Vaticano en Castelgandolfo.

En el terreno politico y social tambien destaco su labor. La eleccion de su lema —«La paz de Cristo en el reino de Cristo»— nos habla de un pontifice partidario de la militancia activa en los asuntos terrenales. En este sentido, su gran enemigo fue el comu nismo, sobre el que promulgo una enciclica titulada Divini re demptoris. Para Pio XI era un «satanico azote» cuyo objetivo era «derrumbar radicalmente el orden social y socavar los fundamentos mismos de la civilizacion cristiana», constituyendo «una realidad cruel o una seria amenaza que supera en amplitud y violencia a todas las persecuciones que anteriormente ha padecido la Iglesia».10 Esto explica las simpatias con que miro, al menos en principio, a dictadores como Franco, Hitler y Mussolini.



10. Pio XI, Divini redemptoris. 19 de marzo de 1937.

Sin embargo, como ya hemos visto, en la primera etapa de su pontificado Pio XI tuvo problemas mucho mas cercanos y acuciantes que los planteados por el comunismo. La ambiciosa cadena de fundaciones y reformas que hemos repasado se hizo con un exiguo presupuesto anual que apenas superaba el millon de dolares. Cada dia que pasaba la situacion se tornaba mas insostenible. Los resultados de una auditoria realizada por la comision cardenalicia no pudieron ser mas desalentadores. El deficit vaticano crecia de forma desmedida, al tiempo que los ingresos y las donaciones descendian vertiginosamente.



Los acreedores, de los cuales uno de los mas importantes era el Reichbank aleman, comenzaron a perder la paciencia y exigieron el pago de las deudas. Por su parte, uno de los principales asesores economicos de la Santa Sede, el arzobispo de Chicago George William Mundelein, que habia tenido que hipotecar propiedades de la Iglesia por valor de un millon y medio de dolares, comunico al pontifice su pronostico de una larga crisis economica cuyos efectos se dejarian sentir en todo el mundo. Acuciado por las necesidades economicas de la Santa Sede, y cegado por su radical anticomunismo, Pio XI no se dio cuenta de que, de una u otra forma, iba a seguir tratando con ratas.



11. Martin, Malachi, Rich Church, Poor Church, G. P. Putnam's Sons, Nueva York, 1984.
EL ASCENSO DEL FASCISMO
Pio XI accedio al pontificado con el firme proposito de terminar de una vez por todas con la anomalia que suponian las actuales relaciones entre el Vaticano y el gobierno de Italia. El escollo mas importante lo constituia la cuestion economica. La situacion financiera de Italia no era mucho mejor que la de la Santa Sede. Con la mayor tasa de natalidad de Europa y una inflacion y paro solo superados por los de Alemania, la pobreza era el estado natural de muchas familias italianas, lo que contribuyo notablemente a enrarecer aun mas el ya muy agitado panorama politico. Mussolini y sus fascistas estaban, literalmente, dispuestos a todo:

«Nuestro programa es simple. Queremos gobernar Italia».12 Para ello desarrollaron una feroz campaña de violencia politica que tino de sangre todo el pais. Solo en 1921 murieron, victimas de la violencia fascista, cerca de quinientas personas.

Por su parte, los comunistas no se quedaron de brazos cruzados y respondieron con una infinita sucesion de paros laborales que culminaron en una huelga general. En la primavera de 1922, cuarenta mil braceros fascistas bajo el mando de italo Balbo ocuparon Ferrara como protesta por las miserables condiciones de vida. A finales de julio de 1922, mas de 700.000 trabajadores se habian afiliado a la Confederazione Nazionale delle Corporazioni, sindicato del Partido Nacional Fascista. La derrota de la izquierda era evidente.

En octubre de ese mismo año, se reunio el congreso del Partido Nacional Fascista y comenzaron los preparativos de la «Marcha so bre Roma», planeada como la ocupacion de la capital italiana por parte de los «camisas negras», fascistas cuyo objetivo era presionar al rey para que encargase la formacion de gobierno a Mussolini. Victor Manuel III, muy impresionado por la movilizacion fascista, y poco afecto a los ideales y principios de la democracia parlamen taria, decidio recurrir a Mussolini. En 1925 el Duce habia transfor mado el pais en un regimen totalitario de partido unico basado en el poder del Gran Consejo Fascista (organo creado en diciembre de 1922, pero institucionalizado seis años mas tarde), respaldado por las Milicias Voluntarias para la Seguridad Nacional.

12. Johnson, Paul, Modern Times: The Worid from the Twenties to the Nineties, Harper Perennial, Nueva York, 1992



Y LOS TRENES LLEGABAN A TIEMPO
Los efectos del ascenso al poder de Mussolini no se hicieron esperar. La actividad economica se reactivo como por ensalmo. Las tasas de paro e inflacion recuperaron sus niveles logicos. Las calles volvieron a ser seguras y los trenes llegaban a tiempo. Un verdadero paraiso si a uno no le importaban cuestiones como la democracia, la libertad de expresion o vivir en un estado policial sin las minimas garantias juridicas.

En cualquier caso, las arcas de la hacienda italiana recuperaron la salud perdida... y quedo claro que Mussolini era el hombre con el que Pio XI tenia que tratar. El 20 de enero de 1923, el cardenal Gasparri, secretario de Estado del Vaticano, mantuvo la primera de una larga serie de entrevistas secretas con Mussolini.

Sin embargo, habia una circunstancia que podria dificultar notablemente un entendimiento entre los fascistas y la Santa Sede. Era de dominio publico que el Duce era ateo y virulentamente anticlerical. En su juventud habia escrito varios textos profundamente antirreligiosos y en su vida personal ni se habia casado con su pareja ni habia bautizado a sus hijos. Se cuenta que en una ocasion se quito el reloj y, poniendolo violentamente sobre la mesa, le dio a Dios un minuto para fulminarle si realmente existia y era todopoderoso. Pese a todo, una vez alcanzado el poder, Mussolini fue consciente de las dificultades de gobernar en Italia de espaldas a la Iglesia catolica: «Creo que el catolicismo podria ser utilizado como una de nuestras mas potentes fuerzas para la expresion de nuestra identidad italiana en el mundo».13

13. Cooney, John, The American Pope: The Ufe and Times of Francis Cardinal Spellman, Times Books, Nueva York, 1984.

Por otro lado, el ateismo de Mussolini irritaba a los industriales y financieros que le apoyaban economicamente, lo que hizo que el Duce cambiara de tactica. Los fascistas estaban convencidos del interes social de un sentimiento como el religioso, que es vinculo comunitario en las masas. El propio Mussolini se sintio muy sorprendido en 1922 ante la inmensa multitud que esperaba en la plaza de San Pedro la eleccion de Pio XI: «Mira esta multitud de todos los paises del mundo. ¿Como es que los politicos que gobiernan las naciones no se dan cuenta del inmenso valor de esta fuerza internacional, de este poder espiritual universal?». Asi que, a pesar de su declarado ateismo, Mussolini no deseaba destruir lo que existia, sino ir, progresivamente, modificandolo, reinterpretandolo, hasta conseguir que un dia se transformase en una cosa muy distinta y en una religion con un contenido muy diferente. Mussolini se referia a esto como: «Roma, donde Cristo es romano».

Tras la Marcha sobre Roma comenzaron a prodigarse algunos gestos de buena voluntad hacia el Vaticano, como la donacion al papa de la valiosa Biblioteca Chigi. En la Santa Sede se desconfiaba de Mussolini, pero a la vez se mantenia un prudente silencio sobre su forma de llevar las riendas de Italia. Independientemente de que el Duce mandara a prision a mas de diez mil de sus opositores o que incitase a sus fascistas a «marchar sobre el cadaver podrido de la libertad», en el Vaticano no se podia escuchar palabra alguna en contra del caudillo fascista.



EL HOMBRE ENVIADO POR LA PROVIDENCIA
En 1924, siguiendo instrucciones expresas del Duce, el lider del Partido Socialista, Giacomo Matteotti, que a la sazon era el mas obstinado opositor a las pretensiones absolutistas de Mussolini, fue asesinado por militantes fascistas. La oleada de indignacion que recorrio toda Italia fue tan grande que durante esta crisis el Duce estuvo a punto de perder todo lo que habia conseguido hasta entonces. Tanto el Partido Popular como el socialista solicitaron formalmente al rey la destitucion de Mussolini.

Cuando la situacion parecia desesperada, al lider fascista le llego el auxilio de donde, probablemente, menos lo esperaba. Socialistas y catolicos negociaban una solida coalicion para apartar del poder a Mussolini cuando el papa Pio XI advirtio severamente a los cristianos italianos de que cualquier alianza con los socialistas, incluido su sector mas moderado, estaba estrictamente prohibida por la ley moral, segun la cual la cooperacion con el mal constituye un pecado. El papa no menciono que tanto en Belgica como en Alemania esa cooperacion (con los socialistas, no con el mal) se estaba produciendo sin que nadie hubiera advertido a los catolicos de aquellos paises sobre el peligro que corrian.

No hay que desestimar la importancia de esta tacita complicidad. La innegable influencia que tenia el parecer del papa sobre buena parte de la opinion publica italiana hubiera hecho que cualquier comentario sobre el ateismo, la integridad moral o los metodos violentos de Mussolini pesara como una losa en la pretension de este de convertirse en el cesar de la nueva Roma.

Consciente de ello, el Duce supo corresponder con extrema generosidad al favor procedente de Roma. Declaro ilegal la ma soneria, subvenciono con fondos publicos algunas instituciones eclesiasticas que estaban al borde de la quiebra y eximio de obligaciones fiscales a la Iglesia y a sus miembros.

El 31 de octubre de 1926, el cardenal Merry del Val, que habia sido secretario de Estado con Pio X y mantenia un puesto de privilegio en el Vaticano, declaro publicamente: «Mi agradeci miento tambien se dirige hacia el [Mussolini], que sostiene en sus manos las riendas del gobierno en Italia. Con su perspicaz vision de la realidad ha deseado y desea que la religion sea respetada, honrada y practicada. Visiblemente protegido por Dios, ha mejorado sabiamente la fortuna de la nacion, incrementando su prestigio en todo el mundo».14 A lo que el propio papa apostillo el 20 de diciembre de 1926 que «Mussolini es el hombre enviado por la Providencia».



14. Manhattan, Avro, The Vatican in Worid Politics, C.A. Watts & Co., Limited, Londres, 1949.

En esta aparente complacencia hacia el Duce habia mucho mas de correccion politica que de sincera admiracion. En mas de una ocasion, el papa habia calificado en privado al dictador de «hijo del diablo». Este sentido de la conveniencia era mutuo. Sin variar un apice lo que pensaba en su fuero interno, el comportamiento externo de Mussolini hacia la Santa Madre Iglesia experimento un importante giro. El Duce comenzo a acudir a misa, paso por la vicaria para dar validez eclesiastica a su union matrimonial e incluso bautizo a sus hijos, renunciando en su nombre, como todo buen padre cristiano, al «diablo y sus obras». En el terreno estrictamente politico, esta nueva relacion con el Vaticano quedo patente con medidas legislativas, como los impuestos para las parejas sin hijos o la consideracion del adulterio como delito penal.



CONVERSACIONES SECRETAS
Asi pues, y a pesar del recelo mutuo, existia en aquel momento un clima favorable para la firma de un concordato, tarea que el papa encomendo al cardenal Gasparri. Tras algunas conversaciones, el dictador manifesto su deseo de compensar a la Iglesia con una mas que generosa remuneracion por la humillacion sufrida durante años por los «papas prisioneros». El primer contacto entre ambas partes habia acontecido, sin embargo, mucho antes, el 6 de agosto de 1926, cuando Domenico Barone —emisario de Mussolini— se entrevisto secretamente con el doctor Francesco Pacelli —laico adscrito a la Santa Sede y hermano del futuro papa Pio XII, que por aquel entonces era nuncio en Berlin— para hacerle saber el interes de Mussolini por reabrir la «cuestion romana». Pacelli manifesto al enviado del futuro dictador que si realmente estaba dispuesto a negociar, habia dos cuestiones que el papa consideraba imprescindibles como punto de partida: el reconocimiento de la posesion de un Estado soberano bajo la autoridad del pontifice y la igualdad juridica entre matrimonio civil y religioso.

El Duce dio su consentimiento al inicio de las conversaciones bajo estos terminos y las reuniones comenzaron a nivel estrictamente confidencial: el jefe del Gobierno habia advertido a los participantes de que la menor indiscrecion llevaria, de manera in evitable, a la ruptura de las negociaciones y se consideraria aten tatoria contra la seguridad del Estado, condenando al responsable de la filtracion (fuera este seglar o religioso) a ser desterrado de por vida a las islas Lipari. Buena parte del contenido de las reuniones se centro en regatear las condiciones economicas del acuerdo, que en una primera oferta de Mussolini consistia en la donacion por parte del gobierno italiano de alrededor de cincuenta millones de dolares en Obligaciones del Estado. Finalmente, esos cincuenta millones se convirtieron en noventa, es decir, 1.750 millones de liras.

La mañana del lunes 11 de febrero de 1929, las calles de Roma se fueron poblando de un gentio murmurante que parecia desafiar lo que estaba siendo uno de los inviernos mas frios de los ultimos años. A pesar del celo puesto tanto por el gobierno como por la Santa Sede, buena parte de los romanos sabian que algo importante iba a suceder en el Vaticano. Cuando el Duce descendio de su Cadillac negro estacionado a un costado de la plaza de San Juan, media hora antes del mediodia, le sorprendio encontrar a una muchedumbre expectante que aguardaba su llegada. Un acceso de ira le sobrevino al comprobar que sus ordenes no se habian cumplido fielmente; es posible que incluso se viera tentado de dar media vuelta en uno de sus celebres raptos temperamentales, pero finalmente decidio subir los peldaños de la escalinata del palacio de Letran, en cuyo interior el papa Pio XI, y casi todos los miembros del gobierno vaticano, le esperaban desde hacia unos minutos.

Ni la guardia fascista, ni los carabinieri, ni la Guardia Suiza es taban alli. Todo se habia organizado de la manera mas discreta posible para no llamar la atencion. Elegantemente vestido de cha que, Mussolini ascendio hasta el segundo piso, donde le esperaba el cardenal Gasparri, con quien cruzo un prolongado apreton de manos. Gasparri habia tenido que abandonar la cama y todo el acto, unido a lo inclemente del tiempo, iba a ser una verdadera ordalia fisica para el anciano cardenal.15 No obstante, por nada del mundo iba a perderse la firma, aunque ello le costase la vida, ya que con aquel acto culminaba toda su carrera diplomatica. Estaba previsto que la ceremonia se prolongase varias horas, pero el publico que aguardaba en el exterior y el precario estado de salud de Gasparri —que tuvo que permanecer sentado durante todo el acto— la redujeron a unos meros cuarenta y cinco minutos.16 La lectura de las actas no comenzo hasta las doce en punto. Tras las firmas, el cardenal obsequio a Mussolini con la pluma de ave con mango de oro que habia servido para rubricar el acuerdo. El lider fascista la acepto complacido: «Sera para mi uno de los mejores recuerdos que haya merecido».

15. «Vatican at Peace with Italy After Long Quarrel», San Francisco Chronicle, 12 de febrero de 1929.

16. Cortesi, Arnaldo, «Pope Becomes Ruler oi a State Again», The New York Times, 12 de febrero de 1929.

El tratado se componia de tres apartados principales, aparte de varios anexos y otras disposiciones; el primero, el concordato, regulaba las relaciones entre la Iglesia y el gobierno italiano. En el, se devolvia al Vaticano la completa jurisdiccion sobre las organizaciones religiosas en Italia. El catolicismo pasaba a ser la religion oficial del Estado italiano, prohibiendo que otras confesiones religiosas pudieran hacer proselitismo en el pais y el gobierno asumia pagar el salario de los sacerdotes con cargo a los presupuestos nacionales. El segundo apartado, el Tratado de Letran propiamente dicho, establecia la soberania del Estado Vaticano, con el que automaticamente se establecian relaciones diplomaticas. Aparte del recinto vaticano se concedia a la Santa Sede soberania sobre tres basilicas de Roma (Santa Maria la Mayor, San Juan de Letran y San Pablo), la residencia de verano del papa (el palacio de Castelgandolfo) y varias fincas por toda Italia. Finalmente, estaba la «Convencion Financiera», que de un plumazo llevaba a la Santa Sede de la miseria a la riqueza.

Al dia siguiente de la firma, en una rueda de prensa. Pio XI sin tetizo mejor que nadie el alcance del tratado que se habia firmado:

«Mi pequeño reino es el mas grande del mundo». El fervor que le vanto el acuerdo fue tal que incluso la mesa en que habia sido ru bricado comenzo una gira mundial para ser venerada como si de una reliquia se tratara.17 El manto de misterio que se tendio sobre la dilatada negociacion solo pudo ser descorrido con lentitud tras la ceremonia de Letran. Se supo entonces que el texto del acuerdo habia sido impreso en el Vaticano por operarios a los que se mantuvo prisioneros hasta dias despues del 11 de febrero, y que el papa habia corregido personalmente todas las pruebas de imprenta: «Hay casos en que la presencia o ausencia de una coma —le comento a Gasparri— puede modificar todo el contenido».

17. Considine, John J., «Historie Scene in the Lateran Palace», The Catholic Advocate, Brisbane, Australia, 18 de abril de 1929.

Aquel contenido era tan importante que su trascendencia traspasaba con mucho las diminutas fronteras del Estado Vaticano. Tanto es asi que en dos lugares muy alejados del mundo habia dos personajes que estaban particularmente atentos a los terminos del tratado por razones que nada tenian que ver con el cristianismo. En Alemania, un Adolf Hitler que comenzaba a ser algo mas que el jefe de una pandilla de agitadores escribia en el periodico del partido nazi:

«El hecho de que la curia haya hecho las paces con el fascismo muestra que el Vaticano confia en las nuevas realidades politicas mucho mas de lo que lo hizo en la antigua democracia liberal, con la que no pudo llegar a un acuerdo [...]. El hecho de que la Iglesia catolica haya llegado a un acuerdo con la Italia fascista prueba mas alla de toda duda que el mundo de las ideas fascistas esta mas cerca de la cristiandad que del liberalismo judio o incluso el ateismo marxista».18

En Estados Unidos, el banquero Thomas William Lamont, uno de los principales agentes de la banca Morgan, estaba mucho menos interesado en las consecuencias politicas del tratado que en los noventa millones de dolares que llevaba aparejados. A fin de cuentas. Pio XI era un viejo amigo de la casa Morgan. Siendo monseñor Ratti prefecto de la Biblioteca Vaticana, el que mas tar de se convertiria en papa gestiono la restauracion de una valiosa coleccion de manuscritos coptos propiedad de J. Pierpoint Mor gan.19 Aquellos pergaminos pasarian a ser una de las piezas mas preciadas de la mitica «biblioteca negra» del millonario.



18. Hitler, Adolf, Volkischer Beobachter, 22 de febrero de 1929.

19. Chernow, Ron, The House o f Morgan: An American Banking Dynasty and the Rise of Modern finance, Grove Press, Nueva York, 2001.

Comenzaba una epoca en que las obras del diablo iban a ser salpicadas con agua bendita.

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